Una noche estrellada y tranquila...


Una noche de verano, estrellada y tranquila como hoy, una noche de verano hace hoy que no te veo.
Una tranquila y estrellada noche, tus brazos protegían como muralla, mi persona, de que nadie me hiciera daño, cuando quien realmente me hacía daño eras tú.
Tus besos me quemaban de forma que desde mis entrañas, nunca deseaba que se alejasen de mí, la protección que me ofrecías me hacía prisionera del sueño más dulce y a la vez más angustioso en el que la joven princesa lograba salvarse de la malvada bruja y llegar a los brazos del atractivo príncipe, mi cabeza ensimismada con tus palabras, las cuales cada vez me hacían más esclavas de tu amor, no me permitían discernir entre un sueño, un cuento…y la pura y realidad. Esa realidad de la que tantas veces hemos intentado escabullirnos e intentar detener el tiempo del viejo reloj de arena, que con cada minúsculo y dorado granito de arena, nos hace percatarnos que nuestro sueño se acaba y sólo somos meros prisioneros del tiempo, y como no, yo incondicionalmente prisionera tuya, de tus brazos, tus besos, tus miradas…y de está dulce y cálida noche en la que hoy me hallo escribiéndote, está misma y estrellada noche fui tuya y tú por siempre fuiste mío, en mi memoria, mi corazón, mi persona…
La pasión con la que tus ojos me miraban, me daban el calor que mi cuerpo necesitaba, en esa dulce pero fría noche de verano. Tu veneno poco a poco me va consumiendo, pero nuestra promesa de amor nos mantendrá por siempre prisioneros de nuestros corazones, esclavos de nuestras miradas, y las estrellas serán seña de nuestro recuerdo y nunca olvido.
La luna, claro reflejo de lo que siento, me recuerda el balancín en el que me encontraba, yo recostada sobre tus brazos, la miro y te recuerdo mirándome y volviéndote loco por no conseguir el fruto que de mi nacía, hoy recostada sobre la hamaca lloro por no tenerte a mi lado y ver tu mirada, dándome ese calor y cariño que hace hoy una noche de verano me dabas, pero ser esclava sólo tuya, dice de mí que eres tú mi único sol, la única estrella a la que iluminas…los ojos se me van cerrando…¿Quizás llego la hora de poner de remedio a este veneno?
En momentos pienso en ti, en lo que hubiera sido de nosotros, de dos corazones esclavos, que uno necesita alguien a quien amar y el otro pide a gritos un timón en su vida.
La extrañas circunstancias, obligan a que todo fluya a su debido tiempo, las estrellas guían a los perdidos en su camino, en busca de algo que les de una respuesta.
Trato de imaginar tu vida y mi vida unidas por algo tan especial como es el amor y cariño que nos profesamos, haciéndolo lo más hermoso de este mundo, pero afortunadamente mi corazón debe de ser fuerte, hace hoy una noche de verano me tuviste, las estrellas te guiaron hacía mí, yo fui el sentido de tu locura y pasión, mientras tú…tú fuiste más que el camino en busca de sentido, fuiste mi salvación y al a vez ahogo, fuiste fruta de la pasión y fuego en mi cuerpo, pero hoy una noche de verano como la que yo fui tuya escribo, la culpa de mí locura y amargura.
El no tenerte entre mí, me hace cada vez más dichosa al recordarte y desgraciadamente quererte, la dama más triste de esta noche, en la que la luna es testigo de mi firma. Ella sólo ella entiende y escucha mis mil lamentaciones, por despertar un día y ver como me arrebatan de tus brazos, hoy cumplo mi condena el quererte y no tenerte, el haberte tenido no haberte querido. Las estrellas encuadran el camino que debo coger, el adiós de mi corazón, el adiós que dice mi alma y fe. Las lagrimas que hoy caen de mis brillantes ojos, esos ojos que una noche como hoy te volvieron loco, son símbolo del amor que hoy te prometo.
Mi más preciado tesoro me despido de ti, reclamándote la pócima de este sufrimiento del cual creo sólo tú puedes salvarme.

Una noche estrellada y tranquila...















Una noche de verano, estrellada y tranquila como hoy, una noche de verano hace hoy que no te veo.
Una tranquila y estrellada noche, tus brazos protegían como muralla, mi persona, de que nadie me hiciera daño, cuando quien realmente me hacía daño eras tú.
Tus besos me quemaban de forma que desde mis entrañas, nunca deseaba que se alejasen de mí, la protección que me ofrecías me hacía prisionera del sueño más dulce y a la vez más angustioso en el que la joven princesa lograba salvarse de la malvada bruja y llegar a los brazos del atractivo príncipe, mi cabeza ensimismada con tus palabras, las cuales cada vez me hacían más esclavas de tu amor, no me permitían discernir entre un sueño, un cuento…y la pura y realidad. Esa realidad de la que tantas veces hemos intentado escabullirnos e intentar detener el tiempo del viejo reloj de arena, que con cada minúsculo y dorado granito de arena, nos hace percatarnos que nuestro sueño se acaba y sólo somos meros prisioneros del tiempo, y como no, yo incondicionalmente prisionera tuya, de tus brazos, tus besos, tus miradas…y de está dulce y cálida noche en la que hoy me hallo escribiéndote, está misma y estrellada noche fui tuya y tú por siempre fuiste mío, en mi memoria, mi corazón, mi persona…
La pasión con la que tus ojos me miraban, me daban el calor que mi cuerpo necesitaba, en esa dulce pero fría noche de verano. Tu veneno poco a poco me va consumiendo, pero nuestra promesa de amor nos mantendrá por siempre prisioneros de nuestros corazones, esclavos de nuestras miradas, y las estrellas serán seña de nuestro recuerdo y nunca olvido.
La luna, claro reflejo de lo que siento, me recuerda el balancín en el que me encontraba, yo recostada sobre tus brazos, la miro y te recuerdo mirándome y volviéndote loco por no conseguir el fruto que de mi nacía, hoy recostada sobre la hamaca lloro por no tenerte a mi lado y ver tu mirada, dándome ese calor y cariño que hace hoy una noche de verano me dabas, pero ser esclava sólo tuya, dice de mí que eres tú mi único sol, la única estrella a la que iluminas…los ojos se me van cerrando…¿Quizás llego la hora de poner de remedio a este veneno?
En momentos pienso en ti, en lo que hubiera sido de nosotros, de dos corazones esclavos, que uno necesita alguien a quien amar y el otro pide a gritos un timón en su vida.
La extrañas circunstancias, obligan a que todo fluya a su debido tiempo, las estrellas guían a los perdidos en su camino, en busca de algo que les de una respuesta.
Trato de imaginar tu vida y mi vida unidas por algo tan especial como es el amor y cariño que nos profesamos, haciéndolo lo más hermoso de este mundo, pero afortunadamente mi corazón debe de ser fuerte, hace hoy una noche de verano me tuviste, las estrellas te guiaron hacía mí, yo fui el sentido de tu locura y pasión, mientras tú…tú fuiste más que el camino en busca de sentido, fuiste mi salvación y al a vez ahogo, fuiste fruta de la pasión y fuego en mi cuerpo, pero hoy una noche de verano como la que yo fui tuya escribo, la culpa de mí locura y amargura.
El no tenerte entre mí, me hace cada vez más dichosa al recordarte y desgraciadamente quererte, la dama más triste de esta noche, en la que la luna es testigo de mi firma. Ella sólo ella entiende y escucha mis mil lamentaciones, por despertar un día y ver como me arrebatan de tus brazos, hoy cumplo mi condena el quererte y no tenerte, el haberte tenido no haberte querido. Las estrellas encuadran el camino que debo coger, el adiós de mi corazón, el adiós que dice mi alma y fe. Las lagrimas que hoy caen de mis brillantes ojos, esos ojos que una noche como hoy te volvieron loco, son símbolo del amor que hoy te prometo.
Mi más preciado tesoro me despido de ti, reclamándote la pócima de este sufrimiento del cual creo sólo tú puedes salvarme.


Cuando miro tus Ojos




Cuando te miro a los ojos, la miel de tu expresiva mirada hace que me sienta protegida, como cuando aún era una niña. Tu expectación ante algo desconocido que se inicia es fascinante.


Siempre como un vigilante que controla y orienta a los conductores me acompañas, en los momentos de desesperación, de odio interno, tú como una mártir recibes las puñaladas.


En el momento que me enrabio, un inmenso dolor recorre mi vida interna, en mis ojos se notó un brillo que evidencia la presencia de alguna lágrima, no puedo ver cómo te destrozo, con cada palabra, cada gesto…


No soy esa dulce niña que hacía correr a su madre detrás hasta hacerla caer de lo “bicho” que era, no soy esa cariñosa personita que cuando algo malo le pasaba sólo deseaba y reclama llegar a los brazos de su salvadora…


En esos momentos de furia no soy yo


Cuando te chilló envió una flecha hacía mi corazón que hace que me tambalee que mi fuerza y orgullo poco a poco se convierte en granos de arena que un día desaparecerán con el viento del Sajara.


Disparo, de un lado a otro y cada vez me hundo más, cuando no hay culpa.


Entonces cuando ya no puedes más, lloras, en ese momento me clavan un cuchillo y la muerte es lenta, observo como te dices a ti misma por tu expresión “Por qué me merezco esto, sino he dicho nada”.


El mundo comienza a desvanecerse, cae primero la parte norte luego la parte del este…así hasta quedar totalmente partículas que se deshacen convirtiéndose en polvo.


La crispación vuela alrededor del lugar dónde estamos.


Mi cara necesita una caricia de tus finas manos, un beso de tus labios…al final toda yo acabo la batalla creo k gano pero pierdo, pierdo porque sufro, sufro porque tu sufres y eso no me lo perdono.


Eres el mayor regalo que nunca he recibido… yo soy el mejor presente que deseaste tener.


Unidas combatimos, separadas nos alegramos, juntas somos felices, en la distancia nos echamos en falta, la lejanía nos marca límites, la hemos vencido más veces, pero hay un límite que jamás nos vencerá, la soledad porque a tu lado estoy y tú a mi lado por siempre estarás.


En mi corazón te llevo, en mi cabeza te fotografío y mis sonrisa son tuyas, con tus mismos hoyuelos, soy una flor que da la felicidad que nos merecemos...Mi júbilo de cada día es saber que ahí estás…como un angel de la guarda que jamás quiero dejar escapar.


Estoy feliz, irradio luz cosa que hacia tiempo no era posible, disfruto, lucho y quiero seguir siempre así.

Laberinto Confuso


El teléfono sonó e irrumpíó el silencio que inundaba la habitación como el primer fantasma que habita una vieja casa abandonada. Estaba claro, yo era esa vieja casa, aquella que un día vislumbre a lo lejos, rodeada de trigo, perdida… alejada de todo problema, un lugar donde sólo ella podía oírse y sentirse…
Me cansas quiero ser cómo esa casa, estar alejado, huir de las emociones, sentimientos, de las decisiones…pero no puedo.
Estoy jugando en un laberinto que no tiene salida, como todo niño al principio me divertía, ahora corro apresurada en busca de alguna salida, chilló, lloró suplico…¿Por qué no me dices nada? Espero con un corazón latente una señal, un gesto, una palabra…pero sólo oigo el teléfono, ese maldito y estresante ruido que no me deja vivir.
Cuando suena, sé lo que ocurre mi voz se tambalea como las hojas de un árbol en mitad de una tempestad, en ocasiones mi rostro se llena de la lluvia que cayó por la mañana y yo mientras sigo aquí en un confuso laberinto.
Mi actitud ha cambiado, quiere ser libre al ver las aves volar por encima de mi cabeza. Me siento y contemplo un mar tranquilo, en calma él me apacigua me da energía, seguridad por luchar y conseguir esa libertad tan soñada, te necesito, necesito la clave que me abra este laberinto tan confuso.
Mi amor marchita cada segundo.
Reacia y ansiosa notó como llega la hora…es instante de acabar esto, poco a poco estoy agonizando…
Un momento me diste la vida y hoy me la intentas arrebatar, quizás soy yo quién cegada por mi orgullo y pasión sólo vislumbra una luz en un lugar fuera de este laberinto, para ello necesito encontrar la salida, no me reconozco la vivaracha y risueña joven siguen haciendo acto de presencia en mi persona, pero cuando estoy en el laberinto dando vueltas sólo siento ganas de acabar con esto, algo que un día fue tan lindo que creo que incluso lo soñé, pero de este dulce utopía un buen desperté.
Sigo aquí en un laberinto confuso que pronto tendrá salida….